miércoles, 5 de diciembre de 2007

DONDE ESTAN LAS LLAVES MATARILE, RILE, RILE...


Mi sobrino Kerman siempre se sorprende de que en mis viajes todo discurra con normalidad y no suela tener problemas. Hace comentarios tipo: "Jo, todo le sale bien, nunca le pasa nada malo". En un e-mail que me remitio hace unos dias me decia lo mismo, y me rogaba que pusiera algo negativo, de lo contrario iba a pensar que el tenia un gafe encima. Yo creo que mas bien sospecha que solo hablo de lo bueno y me guardo lo malo para mi, como los amigos que nos contaban batallitas al regresar de la mili.

Te recuerdo, querido sobrino, que estoy en Nueva Zelanda, no ando atravesando Iraq o Afganistan, enarbolando una bandera americana y sorteando minas anti-tanque o yihaidistas y mujahidines fanaticos. Ademas, las satisfaciones que nos brinda un buen viaje superan con creces cualquier pequeno contratiempo que podamos tener. No se, ahora mismo me viene a la memoria un par de dias que anduve griposo con tanto cambio de temperatura, un chichon en la cabeza, una botella de leche derramada sobre un cojin de la furgo, unas puas de erizo en el dedo gordo del pie, pero como ves son minucias que no merecen ni un comentario si las comparamos con los momentos realmente gratos.

Aunque al poco de llegar a la isla sur tuve lo que hasta ahora ha sido el mayor susto del viaje, que lo pensaba contar aunque no encontraba el momento, porque la historia se merece un capitulo entero de este blog. Pero como veras al final del relato, todo tiene solucion y lo que al principio me parecio un gran problema quedo en otra anecdota mas que contar.

Resulta que iba conduciendo cerca de la zona del Abel Tasman National Park cuando me encontre con una de esas maravillosas playas que abundan por aqui, desierta, arena blanca y mar azul. Decidi parar unos minutos a pegarme un buen bano pues el tiempo estaba buenisimo. Pero cuando regrese a la furgoneta, no se como me despiste, me encontre con las puertas cerradas, los seguros puestos... y las llaves dentro.

MIerda! Algo que no me habia pasado en la vida me tenia que ocurrir en ese momento. Alli estaba yo con cara de bobo, en traje de bano, mojado, en el culo del mundo, con todas mis pertenencias dentro de un cacharro que no podia abrir y maldiciendome a mi mismo por ser tan gilipollas. Intente mantener la calma para agudizar mejor el ingenio y por lo menos di veinte vueltas alrededor de la furgo buscando alguna posibilidad y escrutando sobre todo todas las ventanillas laterales, que al ser corredizas me parecian mas vulnerables. Nada que hacer, incluso me meti debajo buscando otra posible llave por los bajos (la volkswagen que tengo en Lanzarote tiene una llave de emergencia pegada con un buen iman bajo la chapa).

Lo unico que se me ocurria era romper una de las ventanas laterales superiores e intentar colarme por ella, pero eso lo utilizaria exclusivamente como ultimo recurso. No iba a seguir viaje con un cristal roto, tendria que llamar al rent a car, simular un intento de robo (para que el seguro cubriera la luna), ir al taller que me indicaran, vete tu a saber cuanto tiempo me llevaria todo aquello.

Pero mirando por los alrededores, me fije que a unos doscientos metros habia tres "road workers", trabajadores de la carretera que te los encuentras muy a menudo a lo largo del pais. Rellenan baches, ponen asfalto nuevo, limpian los arcenes o marcan con pintura las lineas del camino. Asi que decidi ir a pedir ayuda, quizas ellos encontrarian alguna solucion.

Segun me fui acercando hacia ellos note que me miraban un tanto mosqueados. Poneos en su situacion e imaginad que viene hacia vosotros un guiri medio en pelotas, dando saltitos de lo que quemaba el asfalto, agitando las manos y diciendo "help, help"; es para pensar que me habia fugado de un manicomio. Ademas, al principio y con los nervios del momento, las unicas palabras que me salian eran "I need you, I need you"; si le sueltas esa frase en ingles a una persona le estas diciendo practicamente que te la quieres tirar, asi que casi vuelvo a la furgo sin ayuda y con un par de hostias encima. Para que os hagais una idea, el prototipo del road worker kiwi es el siguiente: sombrero australiano, gafas de sol, camiseta sin mangas, chaleco reflectante, pantalon corto, botas de sguridad, calcetines de lana, barriga cervecera y ciento veinte kilos de peso. O sea, gente con la que es mejor no tener problemas. Otra cosa son las chicas road workers, menudos bollazos, pero de ellas ya hablare en otro momento.

Bueno, ya mas tranquilo les expuse la situacion y enseguida quitaron hierro al asunto, no iba ser el primero ni el ultimo al que le ocurria eso, algo se podria hacer, asi que cogieron alguna herramienta y nos pusimos en marcha hacia la fregoneta (yo, otra vez dando saltitos, por supuesto).

Ellos tambien pensaron en intentarlo por una de las ventanas laterales, y despues de estudiar un rato la jugada, establecimos el siguiente plan de ataque: dos harian palanca para poder separar un cristal del otro, un tercero meteria en la abertura producida una varilla de hierro a la que previamente habiamos doblado la punta a modo de gancho, y el cuarto indicaria el camino al de la varilla desde el lado opuesto de la furgo. Tras unos quince minutos de sudar la gota gorda, intercambiarnos las posiciones unas cuantas veces y alguna que otra discusion entre ellos en plan "Trae, dejame a mi, tu no tienes ni puta idea" y cosas asi... uno de ellos, bingo!, consiguio abrir el seguro. Estaba salvado y me dieron ganas de comermelos a besos y abrazos, pero despues del I need you anterior, opte simplemente por estrecharles las manos.

Eso si, cogi carretera y en el primer pueblito que encontre, entre en el General Store a comprar una caja de venticuatro cervezas, regrese donde ellos y se las regale. Me dijeron que no hacia falta, que para que me habia molestado, que no habia sido nada... pero, que narices, era lo menos que podia hacer. Abrimos cuatro cervezas, brindamos y echamos unas risas recordando lo sucedido.

Ya ves, Kerman, que hasta de los "malos momentos" se puede sacar una bonita historia. Besarkada bat, ondo ibili ta laster arte.

Postdata: viendo la foto pensareis que se me ha colado una de Lanzarote, verdad?. Pues no, se trata del Lindis Pass, entre Queenstown y Mount Cook, y cuando lo atravesaba me daba la sensacion de estar en casa, un poco mas y me pongo a conducir por el lado contrario, je, je.